En este centro residen los adultos con discapacidad intelectual y mucha heterogeneidad en el grado de autonomía personal y de discapacidad, debido a esta diversidad se producen pequeños conflictos interpersonales entre algunos de nuestros chicos, para subsanar estos roces se les hace sentir que esta residencia es su casa y que los demás usuarios son como sus hermanos y que si otro usuario hace algo que no te gusta o es incorrecto pues se le dice, con el debido respeto, pero sin gritos ni peleas como en alguna ocasión ha sucedido, el personal del centro procura que estos conflictos tiendan a desaparecer y que tengan la sensación de encontrarse en un hogar donde son queridos y apreciados tanto por sus compañeros como por el personal del centro que actúa como padre o madre durante su jornada laboral.

Para que nuestros chicos se sientan bien y sean felices se realizan diversas actividades como puede ser pasear por el centro de la ciudad y tomarse algo en algún bar, ir al cine, pasear por la playa, alquilar una película para verla en la residencia con los demás compañeros y muchas cosas más, también se procura la inclusión social en la comunidad a través del uso de servicios comunitarios como el transporte público, los comercios y demás recursos públicos.